martes, 24 de marzo de 2009

Manifiesto Movilización 28 de Marzo en Ciudad Real


Una vez más nos encontramos ante una nueva crisis del capitalismo, y no sólo ante una crisis financiera debida a la voracidad de un puñado de banqueros. Esta crisis no se solucionará con algunos pequeños retoques en los órganos de control del sistema, como quieren hacernos creer. Que en esta ocasión va acompañada de otras (energética, alimentaria, de derechos humanos), además de una crisis ecológica sin precedentes en la historia de la humanidad, ocasionada por un sistema basado en el crecimiento desenfrenado del consumo en los países “desarrollados”, la depredación del entorno, la obtención de beneficios a cualquier precio, la especulación y la creencia en el mercado como dios supremo al que todo debe estar supeditado, y que ha puesto en serio riesgo la propia pervivencia de la humanidad.

Durante los años de crecimiento económico, los bancos y las grandes empresas se han llenado los bolsillos a base del endeudamiento de las capas populares y de especular con un bien básico como la vivienda. Ahora que la burbuja ha estallado, como siempre, nos toca a los ciudadanos pagar la factura de la juerga que unos cuantos se han corrido a nuestra costa.

Resulta indignante que mientras que no ha habido fondos para solucionar problemas vitales de la humanidad como el hambre o el cambio climático, sí lo haya ahora para rescatar al sistema financiero de sus excesos. En 1998, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo calculó que con 40.000 millones de dólares se podría erradicar el hambre en el mundo, y en Kioto se estableció una cifra similar para empezar a revertir de forma significativa el cambio climático. Ahora, sólo el gobierno de Estados Unidos, ha puesto sobre la mesa 700.000 millones de euros para salvar a la banca norteamericana; la cifra se eleva a varios billones de euros si sumamos las ayudas a la banca de todas las potencias occidentales.

Igualmente indignante resulta que, mientras los países ricos abogan por la libre circulación de capitales y mercancías, se pongan cada vez más trabas a la circulación de trabajadores.

En España la situación se ha visto agravada por un crecimiento económico que en los años precedentes se ha basado en la construcción y la especulación inmobiliaria, favorecida por una trama política e institucional corrupta propia del sistema capitalista. Los datos no pueden ser más elocuentes: España está a la cabeza de Europa en cifras de paro, precariedad laboral y accidentes laborales. A punto de sobrepasar los 4.000.000 de parados, más de 1.000.000 de los cuales no reciben ningún tipo de prestación, con más de 800.000 familias donde todos sus miembros están en paro, más de 50.000 desahucios por impago de hipotecas en el año 2008. Y ante esta situación ¿Cuál es la respuesta de “nuestro Gobierno”? Poner a disposición de los Bancos y Cajas 150.000 millones de euros de dinero público y esperar a que algunas migajas de este dinero lleguen a las PYMES y los trabajadores en forma de crédito. Ya estamos viendo los resultados.

No es mejor la situación en nuestra región y nuestra provincia, más bien al contrario, 165.000 parados a mes de febrero en nuestra región (45.000 en la provincia), un 60% más que hace un año, de los cuales 55.000 no reciben ningún tipo de prestación, los ERE´s se suceden en nuestro, ya de por si, escaso tejido productivo, el pequeño comercio se desmorona, la pequeña explotación agrícola familiar agoniza. La situación se ve agravada por la apuesta sin paliativos que han hecho, tanto la administración regional como los grandes partidos y los sindicatos mayoritarios, por vincular el desarrollo y el empleo al ladrillo, la depredación del entorno y la especulación urbanística, de lo que tenemos buen ejemplo en Ciudad Real con el Aeropuerto y el Reino de Don Quijote, y que, entre otras consecuencias, a puesto a CCM en la situación que todos conocemos.

Mientras el Gobierno y los dirigentes de CC.OO. y UGT hablan de dialogo social, la patronal y la oligarquía financiera plantean flexibilizar el mercado laboral, abaratar el despido, seguir privatizando servicios públicos, eliminar trabas institucionales a los Expedientes de Regulación de Empleo y menos impuestos para los más ricos.

Ante la perspectiva, cada vez más cercana, de que los poderes económicos aprovechen esta crisis y la pasividad de los sindicatos mayoritarios para conseguir nuevos recortes en los derechos de los trabajadores, cosa que ya está ocurriendo con los trabajadores inmigrantes, hacemos un llamamiento a la movilización del conjunto de la ciudadanía para impedir que esto ocurra y para exigir al Gobierno un cambio radical en su política económica, de manera que deje de socorrer a los responsables de la crisis y de sostener un sistema económico injusto e irracional en cuya naturaleza tiene la crisis su verdadero origen, para pasar a atender y defender los intereses del conjunto de la sociedad :

* Creación de una banca pública como paso previo a la nacionalización del sistema financiero, de manera que se instaure su control democrático y se atienda a los intereses y necesidades de la sociedad en su conjunto.
* Prohibición de los Expedientes de Regulación de Empleo a las empresas con beneficios o que han recibido fondos públicos.
* Prohibición de los desahucios por impago de hipotecas. El derecho a la vivienda, reconocido en la constitución, debe primar sobre la usura de bancos y cajas.
* Mejora de los servicios públicos, fin y reversión de la política de privatizaciones. Incremento del empleo público en la educación, sanidad,…
* Recuperación de la empresa pública en los sectores estratégicos (energía, comunicación, transportes,…).
* Reparto del empleo mediante la reducción de la jornada laboral, sin disminución de los salarios.
* Prestaciones sociales para las familias con todos sus miembros en paro y para los parados que dejen de percibir el seguro de desempleo.

Estas y otras medidas, así como el cambio de un modelo de desarrollo económico basado en el ladrillo, son actuaciones necesarias pero que, bajo las condiciones del capitalismo no suponen ni la solución definitiva de la crisis económica, ni mucho menos de la ecológica, energética y humanitaria, ni tampoco una mejora sustancial de las condiciones de vida de la clase trabajadora.

La imposición de un sistema económico basado en la obtención creciente de beneficios por parte de unos pocos a costa de la destrucción del entorno y de someter a la mayor parte de la población del planeta a la explotación, la exclusión y la miseria, es el origen de la situación en que nos encontramos.

La verdadera solución debe venir de la construcción de una alternativa al sistema basada en la planificación democrática de la economía destinada a satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto de forma respetuosa con el medio ambiente. Una economía donde la producción este supeditada a las necesidades de las personas y no las personas supeditadas a las necesidades de la producción.

Frente a la pretensión de las potencias occidentales que se reúnen en el G-20 de refundar el capitalismo, las organizaciones y colectivos firmantes de este manifiesto decimos:

¡¡NO A LA REFUNDACIÓN DE LA INJUSTICIA!! ¡¡NO A LA REFUNDACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN Y LA MISERIA!! ¡¡NO A LA REFUNDACIÓN DE LA DEPREDACIÓN DEL PLANETA!! ¡¡LA CRISIS QUE LA PAGUEN SUS RESPONSABLES!! ¡¡POR LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA DE UNA ALTERNATIVA AL CAPITALISMO!!